Con una perspectiva clara de lo acontecido en el Perú en los años anteriores a 1930, podemos referirnos a los pioneros de la Psicología en el Perú, señalando a Walter Blumenfeld, quien influyó poderosamente en la conceptualización de la psicología, adhiriendo la corriente científica a esta disciplina. Al mismo tiempo, encontramos a Honorio Delgado que crítica a la psicología experimental de laboratorio, considerando que ésta limita la observación a fenómenos aislados. Para Delgado, a la psicología le compete la investigación de la vida psíquica. Ambos personajes manutuvieron actividades académicas paralelas, pero no complementarias.
Encontramos también importantes aportes de la psiquiatría en la psicología en el Perú, valorando los estudios de Hemilio Valdizán, quien buscó desentrañar los aspectos del comportamiento psicopatológico del aborigen peruano. Valdizán estudió las manifestaciones del comportamiento normal y patológico de los antiguos peruanos y la etiología de la alienación mental, entre muchas otras investigaciones orientadas al trabajo con grupos raciales y étnicos. Por otro lado, encontramos en los estudios de psiquiatría social a Humberto Rotondo, quien investigó sobre la adaptación de migrantes provincianos a la capital de la república; estudió problemas relativos a transculturación, frustración de expectativas, relaciones interpersonales, prejuicios, agresividad, envidia, temores y conductas antisociales. También, encontramos a Carlos Alberto Seguín, quien desarrolló el concepto de «síndrome psicosomático de desadaptación». Sin duda estos personajes influenciaron y prepararon el camino para la llegada de la carrera de psicología a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en el año de 1953.
En lo referente a los aportes de la Pedagogía, estaban relacionados a los estudios de los procesos de enseñanza-aprendizaje, creándose un movimiento de pedagogía científica. Dos de los representantes de estos aportes son Luis Miro Quesada y Walter Blumenfeld. A partir de ello, surge un evento muy importante en el desarrollo de la psicología, en particular para la psicología educacional, estableciéndose en 1950 el departamento de psicopedagogía en los colegios secundarios públicos. Así, la psicopedagogía logró resonantes éxitos en la investigación y en el mercado laboral.
La fundación de la sociedad Peruana de Psicología (1954) no puede dejar de ser mencionada, ya que estuvo conformada por figuras representativas y emblemáticas de la psicología en el Perú. Entre ellas tenemos a: Honorio Delgado, Víctor Andrés Belaunde, Mariano Ibérico, Miro Quesada, Walter Blumenfeld, Augusto Salazar Bondy, Humberto Rotondo y Reynaldo Alarcón. Estos personajes se propusieron desarrollar la psicología en el país, realizando diversas actividades como conferencias y la publicación de la revista de psicología.
En los años 1960 – 1990, la psicología como una nueva profesión en el Perú tuvo que encarar varios desafíos, entre ellos: reconocimiento social, mercado de trabajo y, sobre todo, identidad profesional. Fueron años de lucha y de arduos debates públicos, en donde los psicólogos expusieron sus argumentos orientados a presentar su perfil de profesión independiente. La profesionalización de la psicología condujo a la creación del Colegio de Psicólogos del Perú, establecido en 1980.
Por último, en el Perú contemporáneo, la universidad ha estado muy comprometida con los avatares políticos del país, lo que lleva a que el estudiante se encuentre inmerso en la vida política que se encuentra atravesando el Perú, un ejemplo de su activismo político podemos observarlo en la época del terrorismo.
Fuente: www.accesoalajusticia.org