El libro: «Historia de la Psicología en el Perú», escrito por Reynaldo Alarcón, brinda un viaje al desarrollo de la Psicología en el Perú. Alarcón, refiere: «La historia de la Psicología en el Perú es la historia de las ideas psicológicas contenidas en los sistemas filosóficos que explicaron el alma o la conciencia, cada cual desde su propio punto de vista».
Durante varios siglos, la vida anímica fue estudiada formando parte de la problemática filosófica. En el Perú, este modo de conceptuar la psicología se inicia en 1553, fecha en que empieza a funcionar la Universidad de San Marcos, desde donde se impartieron cátedras de Filosofía, y se extiende hasta 1920, siendo más de 3 siglos donde dominó la concepción filosófica. Por eso, la historia de la psicología en el país es, también, la peripecia de la psicología por convertirse en disciplina independiente de la filosofía».
Los orígenes de la psicología en el Perú se remontan a la época colonial, después de la invasión española al Tahuantinsuyo se consolida la conquista y la formación de sociedades coloniales, donde se buscó preservar la dependencia. Se implanta-ron regímenes de cas-tas, provocando una inequidad a tal extremo que se puso en duda la naturaleza humana de los nativos.
Sin embargo, los conquistadores trajeron también educación y cultura «española». Se fundaron escuelas, colegios y órdenes religiosas. Esta educación tuvo un definido carácter elitista en todos sus niveles. Cabe resaltar en el predominio de la escolástica un hecho de trascendencia que ha sido señalado por Luis Antonio Eguiguren (1950): «los conquistadores debían valerse de la religión para dominar el alma de los infieles, adoptando el carácter de instrumento político». Es así que durante los siglos XVI, XVII y casi la totalidad del XVIII, vivimos totalmente como en la edad media, sintiendo el mismo desprecio por las ciencias que hacen conocer al hombre y al mundo.
El convictorio de carolino (1750 – 1825) se convirtió en el difusor de lo que se denominó filosofía moderna, cuyas innovaciones académicas tuvieron repercusiones más allá de los re-cintos universitarios, provocando así el movimiento independentista. Dentro de este marco contextual podemos encontrar a figuras como Hipólito Unanue, quien aportó con ideas psicológicas con sus «observaciones sobre el clima de Lima y su influencia en los seres organizados, en particular, el hombre». Así mismo, señala particularidades de cada una de las razas, incorporando un sustento al racismo predominante de aquella época.
De 1890 a 1920 llega el positivismo y el espiritualismo al Perú, rivalizando como dos posturas opuestas dentro de un mismo marco contextual de la época. Algunas figuras representativas del positivismo son: Manuel Gonzales Prada, Luis Miro Quesada y Hemilio Valdizán, quienes renunciaban a investigar lo trascendente, reduciendo la indagación filosófica a las leyes dadas en la experiencia, fue denominada también como la religión de la humanidad. Por otro lado, entre las figuras representativas del espiritualismo encontramos a: Alejandro Deustua, Mariano Ibérico y Humberto Borja, quienes buscaban creadora de la actividad psíquica, a la que concibe como actividad de expresión, de configuración y de síntesis. Proclama la esencia irreductible de los fenómenos psíquicos y la preeminencia de la voluntad.
01Fuente: www.accesoalajusticia.org